jueves, 16 de julio de 2015

ESO QUE NO SE VE


Eso, lo efímero y poderoso de lo intangible, eso que está en el aire y espera en silencio transformarse en cinco sentidos para morir en el sexto.

Eso que baila grácilmente dentro del espacio que compartimos. Esa, la gravedad de la cual Newton escribió infinitas obras. Esa que experimentan dos estrellas en rumbo de colisión inminente, en una muerte lenta y llena de luz encegecedora.

Eso que se siente en los labios y el pecho, cálido, asfixiante, intoxicante y violento. Eso que se muerde por las noches para soportar la agonía de ser y no estar.

Esa, la energía que recorre tu espalda alentándote a cruzar la línea que divide nuestras órbitas.  Esa, la tentación de ejecutar con precisión quirúrgica lo incorrecto, de perderte en el ruido blanco de un gemido que no encontró onomatopeya en mi garganta.

Para devanecerte en el tiempo, para hacerte carne y huesos en mi ligera mordida, para aferrarte a mi mano intentando no volar.

Toca mi pecho, saborea mi boca, seduce mi oído, mírame de pies a cabeza, siénteme allí donde no te atreves a ir.

Eso, eso que hasta hoy solo es sueño...

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