Disfuncionalmente Funcionales

La vida en sí misma es empírica, somos el producto de experimentos, ciertamente unos más riesgosos que otros. Pero tú, si tú, el que ahora mismo sentado frente a su computador trata de treparse entre los pensamientos de esta autora, ¿lo apuestas todo a este experimento, mente y cuerpo o solo el instinto animal? Que por cierto, no está nada mal esa violencia implícita con la que besas, pero quiero más, es que no te has dado cuenta que nunca me conformo con tan poco.

Porque soy nacida del todo o de la nada y entre los dedos de mis pies están las cenizas del ente inocente y crédulo que una vez fui, no te asustes si en mis ojos alguna vez siluetas frías y calculadoras, pues estoy prediciendo tu próximo movimiento y planificando mi forma de evasión. Recuerda que una vez que te vas solo quedamos mi mente y yo, podría revelarte lo que ambas tramamos pero no has hecho suficientes méritos para desvestir mis instintos. Estimado lector, solo se llega al cuerpo de una mujer desnudando su alma, eso nos deja indefensas y dispuestas a los deseos menos pensados, entonces a lo lejos en el teatro abandonado, entre las butacas verás el guión de la obra mejor escrita cuyas páginas destellan gracias a los hilos de oro que tejieron sus letras. Y en nuestra disfuncionalidad, entre la borrosa imagen de nuestros rostros entre la lluvia todo tendrá un sentido, seremos tu y yo disfuncionalmente funcionales en una escapada nocturna a la plaza de tu ciudad perfecta, a tu otro mundo dentro del mío, así no tendremos que esconder más nuestras manos para no verlas vacías.

Mientras, creo que seguiremos jugando a las escondidas entre las miradas de la multitud que ha visto pasar nuestras vidas en dos túneles paralelos sin conexión, desapercibidas en medio de la cotidianidad.